miércoles, 17 de febrero de 2010

Cuaresma 2010

Queridos Amigos:

Comenzamos, un año más, la Santa Cuaresma, ese "tiempo fuerte" que la Iglesia nos propone para profundizar en nuestras vidas, para renovar nuestro compromiso de cristianos y de cofrades. Es un tiempo muy especial para convertirnos al Señor, para vivir la Cuaresma con los ojos y el corazón puestos en la Cruz, en ese Cristo Crucificado que se entregó por amor, por cada uno de nosotros. “Me amó y se entregó a la muerte por mí”, nos dice el Apóstol San Pablo. Ojalá podamos repetir estas palabras cada día, reavivando de esta manera el misterio de la Cruz, esa entrega de Cristo por amor; “Cuerpo entregado y Sangre Derramada”.

Que como el poeta, podamos expresar nuestro amor a Cristo crucificado:
No me mueve, mi Dios, para quererte,
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.

Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en esa Cruz y escarnecido,
muéveme el ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.

Muéveme, en fin, tu amor de tal manera,
que, aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y, aunque no hubiera infierno, te temiera.

No me tienes que dar porque te quiera;
porque, aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero, te quisiera.

Vivamos con espíritu generoso y entrega fraterna este tiempo de Cuaresma, estos días en los que nos disponemos a acompañar a Cristo en su Pasión, Muerte y Resurrección. Que de verdad sintonicemos con los dolores de Jesús en su Vía-Crucis, en su camino doloroso hacia la Cruz.

Acompañemos también a María en estos momentos de dolor y soledad. Como el Apóstol San Juan permanezcamos unidos a María al pie de la Cruz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario