Un hermoso poema del español Lope de Vega, "Soneto XVIII" también
conocido como "¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?". Un texto que nos
hace preguntarnos: ¿le estoy abriendo la puerta de mi corazón al Señor, o
le dejo esperando fuera?
"¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?
¿Qué interés te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta, cubierto de rocío,
pasas las noches del invierno oscuras?
¡Oh, cuánto fueron mis entrañas duras,
pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío
si de mi ingratitud el hielo frío
secó las llagas de tus plantas puras!
"¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?
¿Qué interés te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta, cubierto de rocío,
pasas las noches del invierno oscuras?
¡Oh, cuánto fueron mis entrañas duras,
pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío
si de mi ingratitud el hielo frío
secó las llagas de tus plantas puras!
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