Hermanos, ¡Cristo ha Resucitado! ¡Él es nuestra Esperanza! Sí, Señor, estamos alegres, nuestros niños esperan con impaciencia la mañana de Pascua, pues todos quieren portarte, todos quieren llevarte sobre sus hombros, porque para ellos también eres importante, eres el Centro de sus vidas.
Por eso, Señor Resucitado, queremos pedirte que ilumines nuestro mundo, que ayudes a tantos hermanos nuestros que viven en la oscuridad y en la desesperanza, que des sentido a tanto dolor y sufrimiento, que acojas a tantos hermanos nuestros que ya han partido hacia la Casa del Padre… Queremos que te sirvas de nosotros, que seamos instrumentos de Tu Amor, que vivamos alegres en la esperanza de la Resurrección…
Señor Resucitado, este año tus padrinos Ángel Fombellida y María José de la Fuente te han acompañado portando el sudario, como venimos haciendo desde hace una década. Nuestros niños han degustado la tradicional mona de Pascua con la que ponemos el broche de oro a estos días de Pasión, Muerte y Resurrección. Hemos escuchado las melodías de nuestra Banda de Tambores. Estamos seguros que este Niño de Pascua, al que tanto cariño tenemos en nuestro pueblo y en nuestra Cofradía, seguirá velando por nosotros y nos ayudará a celebrar con gozo la Vida.
Jesús Resucitado, ilumina nuestras vidas, haz que nos entreguemos a Ti y a los hermanos, ayúdanos a vivir con los ojos y el corazón puestos en la esperanza de la Resurrección. Ojalá te descubramos como un Cristo Vivo, que camina a nuestro lado, que nos da esa paz que llena el corazón,…
¡Cristo Vive, Él es nuestra Esperanza!
¡Seamos testigos valientes y decididos de la Resurrección!
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