Señor, en la
mañana del Sábado Santo, acompañamos tu cuerpo muerto, depositado a los pies de
Nuestra Madre Dolorosa. Un acto íntimo, emocionante, en el que nos conmueve ver
tu cuerpo herido, sin vida… Una iniciativa promovida por nuestra Cofradía hace
dos décadas y que cada año tiene mayor acogida. Porque todos los que se
encuentran Contigo, salen tocados… Tú no dejas indiferente a nadie. Por eso, en
esta mañana tu imagen sigue presente en nosotros, porque cada vez que veneramos
tu cuerpo yacente se nos graba a fuego en el corazón…
Y en nuestra
Cofradía entendemos bien que una fe sin obras es una fe muerta. Por eso, cada
mañana del Sábado Santo también manifestamos nuestra entrega con un acto
público en el que interpelamos a la caridad de nuestros vecinos. Los más pobres
y necesitados están especialmente presentes en la vida de la Cofradía, por eso
cada Sábado Santo recogemos alimentos, juguetes, material escolar y productos
para la higiene personal para aquellos que más lo necesitan. También
solicitamos donativos para colaborar con los distintos proyectos de desarrollo
de Manos Unidas. Este año no será posible, pero desde hace unos días venimos
colaborando para ayudar a los que más lo necesitan ante esta pandemia que nos
asola… Son gestos sencillos, que conmueven el corazón de tus hijos, que nos
abren a estar cerca de aquellos que más sufren…
Y en este
Sábado Santo, también celebramos nuestra comida de hermandad, con las patatas
guisadas y las torrijas que preparan con tanto cariño nuestros hermanos… Un
acto sencillo, que nos permite seguir caminando juntos… Este año, Señor, no
podremos comer juntos, pero cuando pase todo esto nos volveremos a reunir para
celebrar la fe y la vida…
Además, cada
tarde del Sábado Santo, toca recoger todos los Pasos y preparar con ilusión el
Niño de Pascua, que procesionan nuestros niños. Una tarde de esfuerzo y
sacrificio, donde todo vuelve a su sitio, pero nuestro corazón sigue esperando
la noticia gozosa de la Resurrección…
También en
esta tarde de Sábado Santo, un grupo de nuestra Cofradía acude cada año a la
Procesión de las Vírgenes de Palencia, acompañando y portando con devoción a
Nuestra Madre la Virgen de la Amargura, de nuestros queridos Hermanos del
Nazareno. Una experiencia sentida, en la que todos se sienten acogidos,… Y es
que el corazón de la Madre es muy grande y no deja indiferentes a sus hijos…
¡¡Gracias por compartir esta experiencia de fe!!
La jornada
termina con la Vigilia Pascual, el acto central para los Cristianos.
Necesitamos beber cada año en las fuentes de agua viva, ser iluminados por
Cristo Resucitado, que da sentido a nuestras vidas y a nuestras acciones. Por
ello, hoy esperamos en silencio orante el gozo de la Resurrección, para que la
Luz de Cristo llegue a todos los rincones del mundo y haga nuevas todas las
cosas…
No hay dolor
comparable al de la Madre con el Hijo muerto en su regazo. Pero en María no hay
quejas, no hay odio, sólo hay amor. En silencio sufre, llora, perdona, ama y se
ofrece. María contempla y acaricia aquellas llagas santas, las besa. Cada
herida, cada llaga desgarra el corazón de la Madre.
¡No hay
dolor comparable a tu dolor, Madre!. Treinta años de cuidados maternales, de
amorosa vigilancia, de consagración sin regateos. Tú nos lo entregaste hace tan
sólo tres años lleno de vigor. ¡Éste es el precio de nuestra salvación!.
Perdónanos
Madre, porque nosotros hemos sido la causa de la pasión y muerte de tu Hijo.
Santa María,
Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte.
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