viernes, 22 de mayo de 2009

Santa Rita de Casia, Patrona de los Imposibles

Hoy celebramos con gozo la memoria de Santa Rita de Casia, una celebración especialmente significativa para la vida de nuestras gentes. Durante muchos años, en Baltanás, se ha celebrado con profunda devoción la Novena en honor a Santa Rita en la Ermita de Nuestra Señora de Revilla. Precisamente aquí se encuentra una imagen de la Santa, que goza de un profundo respeto por parte de todos. Los últimos años la Señora Pascuala Espina Calzada se encargaba de dirigir esta Novena, ofreciendo una Eucaristía el día 22 por las intenciones de todos los devotos de Santa Rita. Además, la Señora Pascuala se encargada de adornar la imagen para que estuviera perfectamente engalanada durante la Novena y el resto del año. También ha dirigido la Novena la Señora Laura Prádanos Tarrero. Vaya para ellas nuestro más sincero recuerdo y gratitud en este jornada tan entrañable. A buen seguro, nuestra querida Pascuala desde el Cielo guía nuestro caminar de cada día y la buena amiga Laura, todavía peregrina en este mundo, ofrece sus plegarias para que continúe viva esta devoción entre nuestras gentes.

Santa Rita de Casia nació en Casia, Italia un 22 de mayo. Su verdadero nombre era Margarita, pero desde muy pequeña la llamaron Rita. Desde su nacimiento, la santa empezó a demostrar porque iba ser llamada la "abogada de los imposibles", pues su madre era estéril y no podía concebir hijo alguno. Sin embargo, sus continuas oraciones y penitencias le permitieron obtener la gracia de Dios de dar a luz a una maravillosa y piadosa hija.

Desde sus primeros años, la santa demostraba constantemente su piedad y su deseo de consagrarse a la vida religiosa; su mayor gusto era dedicarse a la oración y a la caridad fraterna con el prójimo. Sin embargo, por decisión y obediencia a sus padres, Santa Rita contrajo matrimonio. El esposo de la santa resultó ser una persona de carácter difícil y sumamente violento que constantemente agredía y humillaba a Santa Rita; sin embargo, ella soportó el genio feroz de este hombre por 18 años, con la más exquisita paciencia, sin quejarse, sin recurrir a autoridades civiles para pedir sanciones y ofreciendo todo este lento martirio por la conversión de los pecadores y entre ellos, el primero, su malgeniudo esposo, y luego sus dos hijos, que también habían heredado el malgenio de su padre.

La paciencia y oración de Santa Rita dieron sus frutos, y poco antes de la muerte de su esposo, y luego de sus dos hijos, se convirtieron de corazón. Ahora ya sin esposo y sin hijos, Rita se dedicó a obras de caridad y a pasar largos ratos dedicada a la oración y a la meditación. Deseaba ser religiosa pero las comunidades de monjas le respondían que ellas solamente recibían a muchachas solteras. Ella aprovechó este intervalo de tiempo para espiritualizarse más y dedicarse con mayor esmero a socorrer a los necesitados.

Al fin las hermanas Agustinas hicieron una excepción y la aceptaron en la comunidad. Una vez admitida como religiosa se dedicó con la más estricta exactitud a cumplir todo lo que mandaban los reglamentos de la Congregación y a obedecer a sus superioras con alegría y prontitud en todo. Además, se dedicó a tender a las hermanas enfermas y a rezar por la conversión de los pecadores y obtuvo prodigios a larga distancia.

Santa Rita cayó muy enferma, falleciendo el 22 de mayo de 1457. Su cuerpo se conserva incorrupto.

Fuente: http://www.aciprensa.com/santos/santo.php?id=154

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