miércoles, 25 de marzo de 2015

Relato "Preparativos", escrito por Ángela Casado Diago

Preparativos
Relato Ganador del IV Concurso de Relatos Breves "Nuestro Padre Jesús Nazareno" 2014

Siempre me gustaron los deportes, en especial el atletismo, y como aficionada, había participado en algunas carreras populares; sin embargo después de empezar los estudios, sólo iba muy esporádicamente a un gimnasio cercano a la universidad por falta material de tiempo para otra cosa.

Desde luego me llamaba la atención un grupo de chicos -de aspecto algo rudo- que trabajaba la musculatura a fondo y a los que veía corriendo por el campus, supuse que serían alumnos de INEF, pero la verdad es que no despertaron más mi curiosidad hasta que hacia el mes de febrero, al volver a la residencia y atravesar el parque los vi, cargando con una estructura de madera sobre la que llevaban unos sacos esparcidos y caminando lenta y rítmicamente con su carga mientras se balanceaban ligeramente a uno y otro lado.

Esto picó mi curiosidad, pues no entendía el objeto de esta especie de entrenamiento en pleno centro de la ciudad; así que en la siguiente ocasión en la que coincidimos en el gimnasio, y aprovechando que uno de mis compañeros de clase les saludó, empezamos a hablar y me atreví a decir, eso sí, casi en voz baja, que les había visto entrenando en el parque cerca de mi residencia. Ellos ni siquiera parecieron escucharme, así que mi tímido intento de averiguar que hacían quedó en nada.


El fin de semana siguiente mi familia vino a visitarme, salimos a comer a un restaurante, y mi padre quiso conocer algo más la ciudad y entrar a una iglesia museo de Semana Santa cercana a la residencia; y ahí, de forma inesperada supe el motivo del entrenamiento en el parque: estos chicos se preparaban para llevar los pasos de su cofradía en las procesiones.


Así, supe que en las procesiones los cofrades se preocupan de que no quede nada a la improvisación, cargan con las andas sobre las que colocan sacos llenos de arena con el peso exacto de las esculturas, flores y luces que compondrán el paso, se colocan igualando estaturas y acompasando sus pasos, preparan milimétricamente los recorridos con sus subidas, bajadas, curvas y balanceos para que el desfile procesional transmita no sólo unos hechos plasmados en imágenes sino también la emoción y el sentimiento que buscaron los imagineros y que constituye el objeto de toda procesión.


Al llegar la Semana Santa, y antes de volver a casa en vacaciones, pude ver una de las procesiones y valorar el maravilloso resultado del entrenamiento, que me emocionó por la sensibilidad que se transmitía en cada uno de los movimientos del paso en su recorrido.


Ángela Casado Diago
Año 2014

No hay comentarios:

Publicar un comentario