lunes, 11 de julio de 2016

Novena en Honor a Nuestra Madre la Virgen del Carmen. Día 4: La Bienaventurada Virgen María, Madre y Maestra Espiritual.

Salutación
Virgen del Carmen, queremos, a lo largo de estas jornadas, andar el camino de la plegaria y de la reflexión hacia una meta: La de conocerte más y amarte mejor. Ilumínanos, Señora de la Luz, para redescubrirte cada día en el misterio de Cristo y de la Iglesia. Haz que, a través de la experiencia espiritual del Carmelo, te contemplemos como Virgen orante que nos enseña a acoger, meditar, vivir y proclamar la Palabra de Dios, y como Madre espiritual que acompaña el desarrollo de nuestra existencia hasta la plenitud en Cristo. Así sea.

Momento Evangélico
Escribe San Lucas:
“En aquel tiempo, los pastores se decían unos a otros: “Vamos derecho a Belén, a ver eso que ha pasado y que nos ha comunicado el Señor. Fueron corriendo y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que les habían dicho de aquel niño. Todos los que lo oían se admiraban de lo que les decían los pastores. Y María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón”.

*Contemplamos hoy a María, como Madre y Maestra de oración. Ella ha sido la gran orante. Ella conservando las palabras del Señor, y meditándolas en su corazón, nos revela su trato amistoso con Dios el la intimidad. María, en su oración, ante todo, se afana por adorar y alabar a Dios. La Virgen es guía segura en los difíciles caminos de la oración.

*El hombre necesita orar. Como mendigo que es de Dios, debe acudir a Él en busca de ayuda para su menesterosidad.
Como criatura, ha de reconocer el dominio del Creador con la adoración y la alabanza. Hijos de una sociedad secularizada, autosuficiente y extrovertida, sentimos las dificultades y aun el cansancio de la oración. Pero hemos de luchar frente al ambiente negativo que trata de sofocar
nuestra vida de orantes. Hoy más que nunca los cristianos hemos de recordar la consigna del Señor: Es preciso orar siempre, sin desfallecer.

*El Escapulario expresa una profunda sintonía con María y nos recuerda que debemos continuar aquí en la tierra el amor de Jesús hacia su Madre. Orar es “recibir a Dios en nuestros corazones, llevarlo dentro de nuestro corazón, alimentarlo y hacerlo crecer en nosotros de tal modo que Él nazca de nosotros y viva con nosotros como el Dios con nosotros” (Tito Brandsma. Y también, nos ha invitado Pío XII a “ver en el Escapulario que vestimos día y noche, significa con elocuente simbolismo, la oración”. No perdamos nunca de vista que esa librea mariana nos vincula a una Orden que tiene como carisma el mantener un alto espíritu de oración.

Invocaciones
ROSA DEL CARMELO, perfúmanos en el alma y cuerpo, para que seamos buen olor de Cristo en medio de nuestros hermanos.(Ave María)
ESTRELLA DEL MAR, conduce nuestra barquilla en la noche oscura del destierro hasta las playas luminosas de la Patria. (Ave María)
REINA DEL CIELO, que un día, junto a ti, gocemos en la eternidad y proclamemos la grandeza del Señor, porque el Poderoso hizo en ti maravillas. (Ave María)

(PÍDASE LA GRACIA QUE SE DESEA ALCANZAR)

Plegaria Universal
Oremos, hermanos, a Dios, nuestro Padre, por medio de Jesucristo y en el Espíritu Santo, y digámosle con confianza de hijos:
Por intercesión de María, nuestra Madre, atiende nuestras súplicas.
-Para que Cristo, maestro de oración para sus discípulos, enseñe también a orar a los cristianos de hoy,
Por intercesión de María, nuestra Madre, atiende nuestras súplicas.
-Para que todos los hombres, encuentren el camino que lleva al trato de amistad con el Dios Amor,
Por intercesión de María, nuestra Madre, atiende nuestras súplicas.
-Para que cuantos pertenecen a la familia del Carmelo, sean testigos de la intimidad divina ante los hombres, sus hermanos,
Por intercesión de María, nuestra Madre, atiende nuestras súplicas.
-Para que nuestra oración compasiva, ayude a los fieles difuntos a purificarse definitivamente de sus manchas, a fin de que puedan entrar en el gozo de su Señor,
Por intercesión de María, nuestra Madre, atiende nuestras súplicas.
(Añadamos, en silencio, nuestras intenciones personales).

Oración
Te suplicamos, Señor, que nos asista con su intercesión poderosa la Santísima Virgen María y Reina del Carmelo, para que, guiados por su ejemplo y protección, lleguemos hasta la cima del monte de la perfección que es Cristo. Que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.


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