sábado, 16 de julio de 2016

Novena en Honor a Nuestra Madre la Virgen del Carmen. Día 9: La Virgen María frente al Misterio del Dolor.

Salutación
Virgen del Carmen, queremos, a lo largo de estas jornadas, andar el camino de la plegaria y de la reflexión hacia una meta: La de conocerte más y amarte mejor. Ilumínanos, Señora de la Luz, para redescubrirte cada día en el misterio de Cristo y de la Iglesia. Haz que, a través de la experiencia espiritual del Carmelo, te contemplemos como Virgen orante que nos enseña a acoger, meditar, vivir y proclamar la Palabra de Dios, y como Madre espiritual que acompaña el desarrollo de nuestra existencia hasta la plenitud en Cristo. Así sea.

Momento Evangélico
Escribe San Lucas:
“Cuando entraban (en el templo) con el Niño Jesús sus padres, Simeón los bendijo diciendo a María: Mira: éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. y a ti una espada te traspasará el alma”.

*La profecía del anciano Simeón, recogida en este pasaje de San Lucas, tendrá puntual cumplimiento a lo largo de la vida de nuestra Señora. Espada será el destierro a Egipto, la pobreza de Nazareth, la pérdida de Jesús en el Templo, la separación del Hijo durante su evangelización... Pero la espada del vaticinio desgarrará sobre todo las entrañas maternales de María en la pasión y muerte de su Hijo. María, junto a la cruz de Cristo, se convierte en la Dolorosa, en la Reina de los mártires.

*Dios no ha creado el dolor, ni el hombre fue creado para el sufrimiento. Fue el pecado original el que introdujo en la familia humana el dolor con su larga caravana de torturas físicas y sufrimientos morales. Cristo asumió voluntariamente el dolor, haciéndolo instrumento de redención. Desde entonces el enigma del sufrimiento se descifra, siquiera parcialmente; y el hombre tiene el privilegio de poder completar lo que falta a los padecimientos de Cristo, sufriendo por su Cuerpo que es la Iglesia. El dolor antinatural, se cambia así en sobrenatural: corredentor.

*Nos recuerda Pío XII que por el Escapulario estamos consagrados al Corazón de María: un Corazón traspasado por la espada del sufrimiento. Este vestido mariano nos vincula a la familia del Carmelo. En ella, sus más relevantes figuras han buscado siempre el “padecer”, sabiendo como sabían aquello que: “En la cruz está la Vida y el consuelo y que ella sola es el camino para el cielo”.

Invocaciones
ROSA DEL CARMELO, perfúmanos en el alma y cuerpo, para que seamos buen olor de Cristo en medio de nuestros hermanos.(Ave María)
ESTRELLA DEL MAR, conduce nuestra barquilla en la noche oscura del destierro hasta las playas luminosas de la Patria. (Ave María)
REINA DEL CIELO, que un día, junto a ti, gocemos en la eternidad y proclamemos la grandeza del Señor, porque el Poderoso hizo en ti maravillas. (Ave María)

(PÍDASE LA GRACIA QUE SE DESEA ALCANZAR)

Plegaria Universal
Oremos, hermanos, a Dios Padre, que no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó a la pasión y muerte, y digámosle con el más vivo reconocimiento:
Por los dolores de tu Madre, te lo pedimos, Señor.
-Para que la Iglesia, esposa de Cristo Crucificado, peregrinando entre persecuciones, anuncie valerosamente la cruz del Señor hasta que vuelva,
Por los dolores de tu Madre, te lo pedimos, Señor.
-Para que los que sufren en el mundo la guerra, el hambre las discriminaciones raciales... encuentren consuelo en María, su Madre,
Por los dolores de tu Madre, te lo pedimos, Señor.
-Para que los perseguidos por la fe cristiana iluminen sus penalidades con el resplandor de la cruz de Cristo,
Por los dolores de tu Madre, te lo pedimos, Señor.
-Para que nuestros enfermos se sientan aliviados en sus dolores por la que es Salud de los enfermos y Consoladora de los afligidos,
Por los dolores de tu Madre, te lo pedimos, Señor.
-Para que nosotros, los cristianos, sepamos asumir el sufrimiento asociándolo al suplicio redentor de Jesús Crucificado,
Por los dolores de tu Madre, te lo pedimos, Señor.
-Para que cuantos murieron con el Escapulario y sufren las penas del purgatorio, entren ya de la Gloria de Cristo,
Por los dolores de tu Madre, te lo pedimos, Señor.

Oración
Te suplicamos, Señor, que nos asista con su intercesión poderosa la Santísima Virgen María y Reina del Carmelo, para que, guiados por su ejemplo y protección, lleguemos hasta la cima del monte de la perfección que es Cristo. Que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.


Conclusión
Muchos hombres y mujeres se han hecho santos cultivando día a día el amor a la Virgen. “Un espléndido ejemplo de esta espiritualidad mariana, que modela interior mente a las personas y las configura a Cristo, primogénito entre muchos hermanos, son los testimonios de santidad y de sabiduría de tantos santos y santas del Carmelo, todos creciendo a la sombra y bajo la tutela de la Madre” (Juan Pablo II).
La devoción auténtica a la Virgen no les ha llevado a un sentimentalismo estéril y transitorio, sino que ha brotado de la fe y se ha expresado en el amor filial y en el deseo de imitarla en sus virtudes.
Nosotros hemos querido, en estos días, mirar el rostro de la Virgen, para descubrir en ese rostro a Jesús, amar a Jesús y seguir a Jesús. Un ejercicio tan sencillo como es la “novena”, nueve días de camino y de encuentro comunitario, nos ha permitido mirar y admirar a la Madre, y aprender a mirar el mundo con el cariño y el amor que Dios lo mira.
Que María haga de nosotros hombres y mujeres de hoy, que vivamos el momento presente, con las luces y sombras de hoy, con valentía y con lucidez, sin avergonzarnos de ser amigos de Jesús. Que haga de nosotros personas creativas y con la esperanza siempre puesta en el corazón, capaces de servir con lo mejor que tenemos, como contemplábamos en estos días en María.
Y como veíamos en estos días el Escapulario es don de la Madre del Carmelo y una tarea, de ser santos, ser testigos de la luz de Cristo. Vayamos con María, gozosos al encuentro de nuestros hermanos, siendo testigos visibles del amor de Cristo en medio de ellos.



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