jueves, 14 de julio de 2016

Novena en Honor a Nuestra Madre la Virgen del Carmen. Día 7: Santa María, Discípula del Señor.

Salutación
Virgen del Carmen, queremos, a lo largo de estas jornadas, andar el camino de la plegaria y de la reflexión hacia una meta: La de conocerte más y amarte mejor. Ilumínanos, Señora de la Luz, para redescubrirte cada día en el misterio de Cristo y de la Iglesia. Haz que, a través de la experiencia espiritual del Carmelo, te contemplemos como Virgen orante que nos enseña a acoger, meditar, vivir y proclamar la Palabra de Dios, y como Madre espiritual que acompaña el desarrollo de nuestra existencia hasta la plenitud en Cristo. Así sea.

Momento Evangélico
Escribe San Lucas:
“Y vinieron a ver a Jesús, su Madre y sus hermanos, pero con el gentío no lograban llegar hasta Él. Entonces le avisaron: Tu Madre y tus hermanos están afuera y quieren verte. Él les contestó: Mi madre y mis hermanos son éstos: los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en por obra”.

*En este pasaje evangélico la respuesta de Cristo nos resulta misteriosa y hasta desconcertante. Parece como si en ella pospusiese a su Madre y diese preferencia a los oyentes y cumplidores de la Palabra de Dios.
Pero la verdad es que nadie como María ha escuchado y puesto en obra la Palabra de Dios. Por ello es la Madre de Dios en sentido total. En la anunciación, María acoge la Palabra de Dios transmitida por el Ángel, con fe y obediencia. Y será entonces cuando el Verbo se haga carne en sus entrañas virginales.

*La Iglesia nos abre los tesoros de la Biblia, sobre todo en la celebración de la Palabra, que precede a la Eucaristía. La misma Iglesia nos recomienda la asidua lectura personal de la Palabra de Dios, para alcanzar el sublime conocimiento de Cristo. Hemos de hacer por consiguiente, de la Palabra Divina alimento frecuente de nuestra fe cristiana.

*Llevamos el Escapulario, signo del silencio humilde que nos acerca al Evangelio; expresión de una mirada mutua, de María a nosotros, y de nosotros a Ella; compromiso de guardar la Palabra de Dios y meditarla en nuestro corazón.

Invocaciones
ROSA DEL CARMELO, perfúmanos en el alma y cuerpo, para que seamos buen olor de Cristo en medio de nuestros hermanos.(Ave María)
ESTRELLA DEL MAR, conduce nuestra barquilla en la noche oscura del destierro hasta las playas luminosas de la Patria. (Ave María)
REINA DEL CIELO, que un día, junto a ti, gocemos en la eternidad y proclamemos la grandeza del Señor, porque el Poderoso hizo en ti maravillas. (Ave María)

(PÍDASE LA GRACIA QUE SE DESEA ALCANZAR)

Plegaria Universal
Oremos, hermanos, a Dios que antiguamente habló por los profetas y ahora, en la etapa final, nos ha hablado por el Hijo y digámosle llenos de confianza:
Por la Madre del Verbo encarnado, escúchanos, Señor.
-Para que la Iglesia, iluminada por el Espíritu Santo, se esfuerce en comprender cada día mejor la Escritura, a fin de transmitir a sus hijos el mensaje salvador con eficacia,
Por la Madre del Verbo encarnado, escúchanos, Señor.
-Para que los sacerdotes y cuantos se dedican al ministerio de la Palabra sepan comunicar a los fieles los tesoros de la divina Revelación,
Por la Madre del Verbo encarnado, escúchanos, Señor.
-Para que el culto a la Palabra de Dios cree entre los cristianos un clima ecuménico que lleve a la unidad de la Iglesia,
Por la Madre del Verbo encarnado, escúchanos, Señor.
-Para que la Palabra de Dios sea para nosotros apoyo de la fe, alimento del alma y fuente límpida y perenne de vida espiritual,
Por la Madre del Verbo encarnado, escúchanos, Señor.
-Para que los que tenemos a María como Madre, acojamos, como Ella, la Palabra de Dios con fe y obediencia,
Por la Madre del Verbo encarnado, escúchanos, Señor.
-Para que los fieles difuntos que creyeron en la Palabra de Cristo no perezcan, sino que tengan vida eterna,
Por la Madre del Verbo encarnado, escúchanos, Señor.

Oración
Te suplicamos, Señor, que nos asista con su intercesión poderosa la Santísima Virgen María y Reina del Carmelo, para que, guiados por su ejemplo y protección, lleguemos hasta la cima del monte de la perfección que es Cristo. Que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.



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