Memorare
"Acordaos, oh, piadosísima Virgen María!, que jamás se
ha oído decir, que ninguno de los que han acudido a vuestra protección
implorando tu auxilio, haya sido desamparado. Animado por esta
confianza, a Vos acudo, Madre, Virgen de las vírgenes, y gimiendo bajo
el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Madre de Dios,
no desechéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas
benignamente. Amén."
Sub tuum
Bajo tu amparo nos acogemos, Santa María Madre de Dios,
no desprecies nuestras súplicas en las necesidades, ante bien líbranos
de todos los peligros, oh Virgen gloriosa y bendita.
Amén
Amén
El Padre Bernard, apodado el pobre sacerdote, era uno de
los más fieles servidores de María. Creía deberle su conversión y su
vocación al estado eclesiástico. La llamaba siempre su buena Madre. Había
hecho imprimir en varios idiomas una oración de San Bernardo: el
Memorare. Distribuyó durante su vida 200.000 ejemplares, y por medio de
esta oración, operó una infinidad de cosas maravillosas.
Recitemos estas oraciones frecuentemente y con fervor, la Santísima Virgen nos tomará bajo su poderosa y maternal protección.
Consagración a la Santísima Virgen compuesta por San Luis Gonzaga
Virgen Santa, María, mi guía y mi Soberana, vengo a
arrojarme en el seno de tu misericordia, y a poner desde ahora y para
siempre mi alma y mi cuerpo bajo tu salvaguarda y bajo tu protección
maternal. Te confío y pongo entre tus manos todas mis esperanzas y mis
consuelos, todas mis penas y mis miserias, lo mismo que el curso y el
fin de mi vida, para que, mediante tu intercesión y tus méritos, todas
mis obras sean hechas según tu voluntad y con miras a complacer a tu
divino Hijo.
Amén.
Amén.
Traducido del francés por José Gálvez para ACI Prensa
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