Los feligreses del Cerrato acudieron a lo solemne ceremonia de la Beatificación, donde tenían un lugar reservado para la ocasión. A continuación, los cerrateños visitaron la Basílica de la Gran Promesa, templo edificado a principios del siglo XVII en Valladolid. Los actos continuaron en la Casa que los Jesuitas tienen en Villagarcía de Campos, lugar donde vivió el Padre Hoyos. “Es un lugar precioso, donde reina la paz y el silencio”, señalaron los cerrateños. Después de una comida de hermandad, varios Jesuitas realizaron una visita guiada por las dependencias de este Centro de Espiritualidad.
Los cerrateños vivieron una magnífica experiencia de fe y de comunidad, guiados por las dos religiosas de la Fraternidad Reparadora, que realizan una excelente labor pastoral en estos pueblos. Como colofón, varios vecinos de estos pueblos compartieron un intercambio de experiencias a su paso por Hornillos de Cerrato.


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